Denuncia por maltrato psicológico

denuncia por maltrato psicológico

La denuncia por maltrato psicológico es una herramienta legal imprescindible para proteger a quienes sufren violencia emocional, ya sea en el ámbito familiar, de pareja, en el trabajo o en otros contextos. Aunque sus secuelas no dejan marcas visibles, el impacto en la salud mental de la víctima puede ser devastador. En este artículo abordamos en detalle qué constituye el maltrato psicológico, cómo se puede probar, los pasos para denunciar y qué consecuencias legales conlleva, siempre desde una perspectiva clara y actualizada.

¿Qué es el maltrato psicológico?

El maltrato psicológico, también denominado violencia emocional o psíquica, consiste en una serie de conductas verbales o no verbales que buscan minar la estabilidad emocional o la autonomía de otra persona.

Desde el punto de vista jurídico, se reconoce como un tipo de violencia que atenta contra la integridad moral, recogido en varios artículos del Código Penal. Esta forma de violencia puede producirse en distintos contextos: familiar, conyugal, laboral o social.

Lo que la ley penaliza no es un hecho aislado, sino un patrón de comportamiento habitual y prolongado en el tiempo, que incluye actos como:

  • Insultos y descalificaciones constantes
  • Aislamiento social o control excesivo
  • Amedrentamiento o amenazas reiteradas
  • Manipulación emocional, chantaje o humillación sistemática
  • Desvalorización constante del otro

Este tipo de maltrato puede estar presente tanto en relaciones de pareja como entre padres e hijos, en el entorno laboral o entre personas que convivan bajo el mismo techo. La clave para que exista responsabilidad penal es la reiteración de estas conductas y su capacidad para dañar psicológicamente a la víctima.

Además, cuando se da dentro del marco de la violencia de género, la legislación lo contempla de manera aún más específica y severa, con penas agravadas y medidas de protección inmediata. La Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género refuerza la importancia de reconocer el daño emocional como una forma de agresión tan grave como la física.

¿El maltrato psicológico es delito?

Sí, el maltrato psicológico es considerado delito, siempre que se cumplan ciertos criterios establecidos por la ley. Para que este comportamiento sea tipificado como delito, debe tratarse de una conducta que implique un menoscabo continuado de la salud emocional o integridad moral de la víctima. No se trata de un simple conflicto o una discusión aislada, sino de una relación marcada por el dominio, la humillación, el miedo y el control prolongado en el tiempo.

El Código Penal contempla el maltrato psicológico principalmente en los siguientes artículos:

  • Artículo 173.2 – Regula el maltrato habitual en contextos familiares, de pareja o convivencia. Castiga con prisión de seis meses a tres años al que ejerza violencia psíquica de forma reiterada sobre su cónyuge, pareja, hijos, padres, hermanos o personas vulnerables que convivan con él. Es el artículo más utilizado en casos de violencia psicológica continuada.
  • Artículo 153.1 – Aplica cuando el maltrato no es habitual pero reviste especial gravedad. Se refiere al causante de menoscabo psíquico a su pareja actual o pasada, incluso si no hay convivencia. Se castiga con prisión o trabajos comunitarios y es frecuente en casos de violencia de género.
  • Artículo 173.1 – Penaliza cualquier trato degradante que dañe gravemente la integridad moral de una persona, independientemente de que exista vínculo familiar. Esta vía es habitual en casos de acoso laboral (mobbing), escolar o situaciones de abuso en contextos no domésticos.

En todos estos casos, debe poder demostrarse con pruebas claras, como informes psicológicos, testigos, mensajes, grabaciones u otras evidencias que reflejen un daño emocional real.

Además, el Tribunal Supremo ha subrayado que para desheredar o aplicar sanciones legales por este tipo de maltrato, es imprescindible acreditar la habitualidad y gravedad del daño causado.

La habitualidad no requiere un número específico de actos, sino la creación de un “ambiente infernal e irrespirable” para la víctima, manifestado mediante repetición de conductas dominantes o intimidatorias aunque sean nimias por separado. Por ejemplo, en la STS 608/2023 (19 de abril de 2023), se establece que “lo que se exige es un patrón de violencia […] idóneo para crear un clima de violencia y/o cosificación con cierta proyección temporal”.

También el Supremo ha precisado que no basta con un distanciamiento o falta de relación; debe haber evidencia de que este comportamiento, imputable al descendiente, causó un daño psíquico real al testador. En la STS 865/2025 (12 de junio de 2025), el Tribunal anuló la desheredación dictada en 2008 porque “no hubo tiempo material” ni pruebas suficientes de maltrato grave y prolongado. Se concluyó que una medida tan extrema exige hechos concretos, graves, demostrables y prolongados.

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Cómo denunciar por maltrato psicológico

El proceso para presentar una denuncia por maltrato psicológico comienza cuando la víctima decide comunicar formalmente los hechos a las autoridades competentes. Esto puede hacerse directamente en una comisaría o en el Juzgado de Guardia de la localidad. También es posible presentar la denuncia en la Fiscalía o a través de los servicios de atención a la mujer o de violencia de género, especialmente cuando los hechos encajan dentro del marco legal de violencia machista.

En algunos casos, si es detectado por profesionales sanitarios durante una consulta médica, estos pueden activar el protocolo correspondiente y notificar a las autoridades, lo que permite iniciar el proceso sin que la víctima lo haga por iniciativa propia.

Una vez en la sede policial o judicial, la víctima debe relatar con el mayor detalle posible los hechos sufridos. Es esencial que exponga con claridad en qué consisten las agresiones psicológicas, cuándo ocurren y cómo le han afectado emocionalmente. El testimonio debe incluir los episodios concretos de insultos, amenazas, desvalorización, control, aislamiento o cualquier otro comportamiento que pueda evidenciar la existencia de un patrón de maltrato. Es recomendable que mencione si existen testigos, si ha comunicado los hechos a alguien cercano o si ha buscado ayuda profesional.

Durante la interposición de la denuncia, la persona afectada puede entregar cualquier documentación relevante que tenga en ese momento, como capturas de pantalla de mensajes, audios, correos electrónicos o referencias a informes médicos o psicológicos previos, ya que su mención durante la denuncia refuerza la credibilidad inicial del relato. En caso de que la víctima considere que su seguridad está en riesgo inmediato, puede solicitar al juzgado la adopción de medidas cautelares, como una orden de alejamiento o la suspensión del régimen de visitas si hay hijos. Estas solicitudes se evalúan con carácter de urgencia y pueden ser concedidas de forma provisional incluso antes de que se celebre un juicio.

Tras la presentación de la denuncia, el juzgado correspondiente puede abrir diligencias previas para investigar los hechos. Esta fase incluye la citación de la persona denunciada, la recopilación de pruebas, la realización de informes periciales si procede, y la toma de declaraciones a testigos o profesionales que puedan acreditar la situación. En los casos en que se aprecie un riesgo evidente para la víctima, el juez puede dictar una orden de protección en las primeras 72 horas, sin necesidad de juicio previo.

La víctima tiene derecho a recibir asistencia jurídica gratuita durante todo el proceso. Puede solicitar un abogado de oficio especializado en violencia de género o violencia intrafamiliar. Además, tiene acceso a recursos públicos de apoyo psicológico y económico, especialmente si acredita su situación de vulnerabilidad. Una vez interpuesta la denuncia, esta queda registrada oficialmente, lo que permite a las instituciones activar un sistema de seguimiento y apoyo que incluye vigilancia policial, asesoramiento psicológico, intervención de los servicios sociales y, en algunos casos, derivación a casas de acogida.

Actuar con rapidez es clave. Denunciar poco después de que los hechos se produzcan permite documentar mejor la situación y obtener protección inmediata. Aunque no existe un plazo legal para denunciar el maltrato psicológico, dejar pasar mucho tiempo sin actuar puede dificultar la recolección de pruebas y debilitar la acción judicial. Por eso, es fundamental que las víctimas conozcan sus derechos y sepan que, una vez presentada la denuncia, no están solas ante el proceso.

¿Cómo demostrar el daño psicológico?

Dentro del proceso penal, demostrar el daño psicológico es esencial para que una denuncia por maltrato psicológico no quede archivada y se pueda dictar sentencia condenatoria. El Código Penal exige que, para castigar este tipo de violencia, se acredite que el acusado ha producido un menoscabo claro en la integridad moral de la víctima. Esto implica que el tribunal debe estar convencido de que las conductas descritas no solo existieron, sino que provocaron un deterioro emocional medible, con consecuencias que puedan evaluarse de forma profesional.

La pieza clave es el informe pericial psicológico forense. Su función no se limita a diagnosticar un trastorno emocional, sino que debe exponer si ese estado es consecuencia directa del comportamiento del acusado. El profesional encargado debe establecer la relación entre los hechos denunciados y la evolución psicológica de la persona afectada. No es suficiente con afirmar que hay síntomas compatibles con una situación de estrés o ansiedad; hay que demostrar que tales síntomas son el resultado de una exposición continuada a conductas intimidatorias o degradantes por parte del investigado.

El tribunal exige una valoración clínica realizada con rigor técnico. Por eso, el informe debe estar basado en escalas diagnósticas y análisis psicológico, que permitan llegar a una conclusión clara y coherente. Al mismo tiempo, el testimonio de la víctima sigue siendo uno de los elementos fundamentales. Cuando el relato es detallado y no muestra contradicciones sustanciales, puede tener plena eficacia probatoria si se sostiene a lo largo del procedimiento. La credibilidad del testimonio aumenta cuando existen indicios externos que lo respaldan: comunicaciones agresivas, observaciones de testigos, antecedentes médicos o alteraciones en la conducta de la persona afectada que hayan sido detectadas por su entorno.

No basta con afirmar el sufrimiento; hay que mostrar cómo ese sufrimiento ha sido causado y cómo se ha documentado. Solo entonces el juez podrá concluir, más allá de toda duda razonable, que existe una conducta punible que justifica una condena.

¿Cómo actuar ante una denuncia por maltrato psicológico?

cómo defenderse de una denuncia por maltrato psicológico

Recibir una denuncia por maltrato psicológico supone una situación de gran impacto personal y legal. Aunque la mera presentación de la denuncia no implica culpabilidad, sí activa un proceso penal que puede tener consecuencias importantes si no se gestiona adecuadamente desde el inicio. Actuar con rapidez y evitando errores impulsivos es clave para garantizar una defensa eficaz.

Lo primero que debe entender la persona denunciada es que, tras la interposición de la denuncia, el juzgado puede adoptar medidas cautelares sin haber oído su versión. Esto significa que, en casos donde se estime que existe riesgo para la denunciante, el juez puede imponer una orden de alejamiento o incluso el desalojo del domicilio común de forma inmediata. Estas medidas no implican una condena, pero suponen restricciones legales que deben cumplirse estrictamente. Incumplir una medida cautelar puede acarrear nuevas consecuencias penales, incluso más graves que el hecho denunciado.

En cuanto se tenga conocimiento de la denuncia, ya sea por citación judicial o por notificación de una medida provisional, lo más recomendable es buscar asesoramiento legal especializado. Contar con un abogado penalista, y preferentemente con experiencia en procedimientos relacionados con violencia psicológica o de género, permitirá actuar de forma estratégica desde el principio. El letrado solicitará acceso al expediente judicial y preparará la defensa para la comparecencia judicial, que puede tener lugar en pocos días desde la notificación.

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Durante el proceso, es fundamental mantener una actitud cooperativa pero prudente. Declarar sin estar preparado puede ser perjudicial. En muchos casos, el abogado puede recomendar no declarar en la primera fase de instrucción, a la espera de conocer mejor las pruebas aportadas por la parte denunciante. Esta decisión, amparada por el derecho a no autoincriminarse, no perjudica al denunciado y permite ganar tiempo para articular una defensa sólida.

Si la denuncia se basa en hechos inexistentes o descontextualizados, es muy importante reunir elementos que desmientan o contradigan el relato acusatorio. Esto puede incluir mensajes, audios, correos, grabaciones, testigos o cualquier otro documento que evidencie que la relación no era como se describe, que no hubo hostigamiento o que las conductas atribuidas fueron aisladas, justificadas o consentidas. También puede ser útil aportar informes médicos o psicológicos propios, especialmente si reflejan que el denunciado no presenta perfiles compatibles con una conducta abusiva.

En paralelo, es posible que se activen procedimientos civiles relacionados, especialmente si hay hijos menores. La denuncia por maltrato puede conllevar la suspensión o modificación del régimen de custodia o patria potestad. En estos casos, además de la defensa penal, es necesario actuar en el ámbito del juzgado de familia para evitar resoluciones perjudiciales mientras se resuelve el procedimiento penal.

Es importante recordar que el proceso penal por maltrato psicológico se basa en pruebas. No todas las denuncias prosperan. En muchos casos, si el relato de la víctima no se ve respaldado por peritajes o evidencias externas, el procedimiento puede concluir en sobreseimiento o archivo. Por eso, una estrategia de defensa adecuada puede revertir por completo una situación inicialmente desfavorable.

En cualquier caso, actuar de forma serena y con asesoría legal desde el primer momento es la mejor forma de proteger los derechos del acusado. Afrontar una denuncia por maltrato psicológico no significa estar condenado. Significa estar ante un proceso que debe desarrollarse bajo las garantías del Estado de Derecho, donde solo una prueba sólida y una valoración judicial imparcial pueden conducir a una sentencia.

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Rubén Lo Pun

Rubén es un abogado con amplia experiencia en Derecho de Extranjería y en Derecho Penal. Además, es el fundador del despacho legal Lawfidence.

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